La mansedumbre hace referencia a la virtud de ser humilde y sencillo de corazón. Es todo lo contrario a la arrogancia y el egoísmo, es hacerse pequeño para ser grande, es hacerse servidor para ser importante.
Jesús expresa en Mateo 20:25-28 que hay un cambio de mentalidad en el Cristiano. Mientras que en el mundo las personas buscan puestos de honor para ser reconocidos y alabados por los hombre, el cristiano debe buscar ser el servidor, porque el servicio, en Cristo, representa la grandeza del hombre.
La mansedumbre implica la renuncia total del ego y la búsqueda de un servicio integral y verdadero. La mansedumbre implica la virtud de buscar servir en lugar de ser servido.
Una hermosa demostración de servicio y mansedumbre la da el mismo Jesús cuando lavó los pies de sus discípulos (Juan 10:1-20)
Jesús expresó también: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." (Mateo 11:28-30) El acto de dejar la vida propia y todas las cargas cambiándolas por el servicio completo a Dios y a su obra es el acto genuino de mansedumbre.
La mansedumbre da como resultado el descanso.
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