martes, 8 de mayo de 2012

4. LA PACIENCIA

La paciencia es la capacidad que tiene una persona nacida del Espíritu Santo de permanecer firme en sus convicciones y esperar en Dios sin importar las dificultades o pruebas que esté viviendo.

Se relaciona con dos palabras: Permanecer y esperar. Implica la permanencia en la obediencia de la palabra de Dios en todo momento y frente a cualquier circunstancia.

En el Salmo 40:1, David dice: "Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor" David estaba esperando una respuesta de Dios y la esperó, permaneciendo firme y expectante en obediencia y fe, hasta que fue escuchado.

El salmo 46:10 dice: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra." La paciencia hace referencia a la quietud de un corazón que sabe esperar la respuesta de Dios. La paciencia es la capacidad de esperar en Dios en todo momento y de mantenerse quieto, creyendo en su palabra y esperando la respuesta de Dios sin hacer ninguna cosa que esté fuera de los límites de sus mandamientos.

La paciencia implica dependencia y humildad. La paciencia es la actitud humilde de un corazón que ha reconocido que necesita una respuesta de Dios y está dispuesto a esperar por ella.

En 1 Samuel 15, la biblia narra cuando Saúl decidió hacer las cosas por su propia cuenta, sin hacer caso al mandamiento de Dios; y, por su falta de paciencia (desobediencia), fue desechado por Dios como rey de Israel.

Esperar en Dios en medio de las dificultades y/o presiones es algo que solo el Espíritu Santo puede hacer brotar de nuestros corazones.

Algunas citas que hablan acerca de esperar en Dios son: Santiago 1:2-4, Romanos 8:25, Romanos 8:23, Salmo 130:5, Salmo 25:3, Salmo 25:5, Salmo 25:21, Salmo 27:14, Salmo 37:7, Salmo 62:5, Salmo 84:12.

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