martes, 24 de abril de 2012

1. EL AMOR

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." Gálatas 5:22-23

El amor es un acto natural de todo creyente. El amor hace referencia a la cualidad de buscar la felicidad del otro; esta cualidad nace de aquéllas personas han nacido de nuevo, dejando de lado el orgullo, la envidia, el odio y el resentimiento; y han aceptado seguir la palabra de Dios a través del perdón, la reconciliación y la unidad.

El amor primero debe ser recibido. En 1 Juan 4:19 dice que nosotros amamos a Dios, porque Él nos amó primero. Para poder amar, lo primero que se debe hacer es recibir el amor de Dios por nosotros, ya que no puede expresar amor quien no lo ha recibido primero.

El amor del cristiano se divide en dos enfoques:
  1. El amor a Dios.
    1. Debe ser un amor genuino y verdadero.
    2. Debe ser un amor completo, absoluto, sin reservas.
    3. Demostramos nuestro amor con nuestra obediencia.
    4. Al darle todo nuestro ser a Dios y depender de Él por completo lo estamos amando.
    5. Cuando aprendemos a confiar en Dios, todo temor huye.
  2. El amor al otro.
    1. No podemos decir que amamos a Dios y odiamos al prójimo.
    2. Significa hacer con el otro como me gustaría que él hiciera conmigo.
    3. Negarse a uno mismo y preouparse por el bienestar de otra persona.
    4. Tener misericordia de las necesidad de otra persona y hacer algo para ayudarla.
    5. La unidad se fundamenta en el amor

sábado, 14 de abril de 2012

INTRODUCCIÓN AL FRUTO DEL ESPÍRITU

Hola a todos y bienvenidos nuevamente. Gracias por su participación en los devocionales que se han montado hasta ahora y, sobre todo, muchísimas gracias a todos aquéllos que han dispuesto sus corazones a servirle a Dios con un corazón sincero, limpio y lleno de amor por Él. Tengan por seguro que nuestro trabajo en el Señor no es en vano y oremos para que la llama del Espíritu que Dios ha puesto en nuestros corazones no sea apagada jamás.

Ya terminamos los 12 devocionales donde hablabamos sobre la importancia de unirnos para reconstruir la vida de nuestros niños y nuestras familias, presentándonos a Dios como instrumentos en sus manos para que Él cumpla su propósito en la Iglesia. Ahora, teniendo como marco la preparación del campamento infantil "Fruto abundante" vamos a ver una nueva serie de devocionales acerca de este tema tan trascendental para nuestra vida; sabiendo que lo más importante es que nosotros mismos vivamos estas verdades bíblicas para poder enseñarlas con autoridad a los niños y ser verdaderos instrumentos de vida para el mundo. Oremos y actuemos, para que la palabra de Dios llegue a nuestros corazones y cambie nuestras vidas, y no se quede solo en palabras.

¡Te necesitamos Espíritu Santo! Sin ti no hay nada, sin ti no hay vida; enséñanos tu verdad y guíanos en ella para que podamos ser verdaderos testigos de Jesús. Cambia nuestras vidas, llénanos de ti, guíanos a vivir la maravillosa vida que Dios tiene para nosotros y a ser instrumentos para que otros también la vivan, dános fuerza para seguir adelante sin desmayar; háblanos, somos tus alumnos y tu nuestro maestro ¡Enséñanos! ¡Necesitamos aprender! Amén

Empecemos dando una pequeña introducción de lo que es un fruto. En la naturaleza podemos ver el proceso maravilloso mediante el cual, de un árbol, nace un fruto. Este fruto tiene que ser de la misma naturaleza del árbol; pues es imposible que salgan naranjas de un árbol de mangos o uvas en uno de manzanas; El fruto de un árbol tiene la misma naturaleza del árbol.

Entonces ya podemos ver dos elementos muy importantes:
  1. El fruto nace tras un proceso. El árbol primero tiene que madurar y crecer lo suficiente antes que se empiecen a ver los frutos que nazcan de él. El fruto es la consecuencia final de todo un proceso, no algo que se genera de la nada.
  2. El fruto del árbol es de la misma naturaleza del árbol.
Sabiendo esto, y entendiendo un poco el proceso natural para que se produzca un fruto; comparándolo con la vida del cristiano, caben algunas preguntas que nos debemos hacer para entender esta cuestión:

¿Cuál es la naturaleza de un crisitano? ¿Cuál es el proceso que se tiene que dar para que aparezca el fruto del Espírtu en el cristiano?

La respuesta a estas preguntas es tan natural como lo que vemos en la naturaleza diariamente. La biblia nos habla de dos naturalezas: La carne y el Espíritu. Básicamente la carne representa una vida pecaminosa y separada de Dios (Puede apreciarse en Gálatas 5:19-21). Mientras que el Espíritu es la naturaleza que se forja en aquél que ha decidido negarse a sí mismo y nacer de nuevo en un ser que se aleja por completo de los deseos de este mundo y se entrega completamente en los brazos de su Creador. (Gálatas 5:22-23)

Para que un árbol pueda crecer y dar fruto requiere lo siguiente.
  1. Una semilla que lo produzca.
  2. Un terreno fértil donde pueda crecer.
  3. Los cuidados necesarios (agua, Sol, abono, etc.)
Haciendo la comparación, para que un cristiano pueda crecer y dar fruto requiere lo siguiente:
  1. La palabra de Dios (la semilla)
  2. Entendimiento de la palabra de Dios (terreno fértil)
  3. El cuidado de Dios (El Espíritu Santo, la Iglesia, la oración, el amor de Dios)
Solamente una persona que haya aceptado la palabra de Dios con entendimiento de corazón, creyéndola y obedeciéndola; se convertirá en un gran árbol que dará FRUTO ABUNDANTE para la gloria de Dios.

El fruto es la marca que muestra la naturaleza del árbol, es lo que lo califica y representa. De la misma manera lo que califca a un verdadero cristiano es EL AMOR,  EL GOZO, LA PAZ, LA PACIENCIA, LA BENIGNIDAD, LA BONDAD, LA FE, LA MANSEDUMBRE Y LA TEMPLANZA.

NOTE QUE NO SON VARIOS, ES UNO SÓLO; es decir, no se puede decir que uno tiene paz y no gozo, o que tiene gozo pero no tiene amor; es un mismo fruto, no varios.

Ahora, solo queda meditar en una cosa: VIVAMOS LA PALABRA DE DIOS, ENTENDIÉNDOLA, ACEPTÁNDOLA, CREYÉNDOLA Y OBEDECIÉNDOLA CON CORAZÓN SINCERO PARA QUE PODAMOS DAR FRUTO ABUNDANTE PARA LA GLORIA DE NUESTRO DIOS.

Cuando un sembrador ve los frutos del árbol que plantó se siente feliz. Cuando Dios ve que damos este fruto se siente súper feliz. SEAMOS INSTRUMENTOS PARA CAUSARLE FELICIDAD A NUESTRO SEMBRADOR Y PADRE.

MINISTERIO INFANTIL
COMPROMETIDOS CON EL CAMBIO
"porque nada hay imposible para Dios." Lucas 1:37