Como ya hemos visto, el tabernáculo de reunión es un lugar diseñado por Dios para decirle a la humanidad que el deseo de su corazón era encontrarse con nosotros, pero que el pecado estaba impidiendo esa reunión.
Antes de analizar más profundamente todos los implementos que hacían parte de aquél lugar, veamos la enseñanza general que Dios nos estaba dando a través de Moisés: HAY TRES PASOS PARA LLEGAR A DIOS.
Estos pasos no son nada elaborados, de hecho todos los conocemos pero es necesario aplicarlos en nuestra propia vida:
1. SANTIDAD: Antes de poder entrar al lugar santo, los sacerdotes debían hacer sacrificios y lavar su cuerpo. Esto representaba que sin santidad nadie podía encontrarse con Dios. No somos santos por nuestras propias obras, somos santos porque el mismo Jesús nos dio el privilegio de ser dignos para estar con Dios con su muerte. Nuestra labor es cuidar esa santidad que nos fue regalada, debemos ser íntegros y justos, debemos vivir una vida agradable delante de los ojos de Dios. Sin este paso no podemos avanzar en nuestra búsqueda de Dios.
2. SERVICIO: El servicio significa adoración. Los sacerdotes, una vez purificados, servían (adoraban) a Dios en el lugar Santo. El servicio es estar dedicados por completo a Dios, es adorar a Dios en Espíritu y en verdad, es mantener vivo el fuego de su Espíritu en nuestras vidas. El servicio es el siguiente paso de la santidad, para poder adorar a Dios debemos presentarnos limpios de toda maldad.
3. COMUNIÓN: Solo el sumo sacerdote tenía el privilegio de dar este paso, pero ahora el paso está abierto para nosotros; que hemos sido constituidos reyes y sacerdotes por la gracia de nuestro Señor Jesucristo. La comunión es el estado en el cual te conviertes uno con Dios, es cuando disfrutas su presencia en todo lo que haces, es cuando llegas a un punto en el cual ves su gloria y poder sobre ti, es cuando su ley está siempre en tu mente y corazón, es cuando ves que él te provee y te sustenta en todas las áreas de tu vida, ES CUANDO SIMPLEMENTE SABES QUE DIOS ESTÁ AHÍ. El lugar santísimo representaba la presencia misma de Dios. Nosotros tenemos paso abierto para entrar a la presencia misma de Dios, sin metáforas ni símbolos, sino tal cual es. LO ÚNICO QUE DEBEMOS HACER ES CAMINAR.
MINISTERIO INFANTIL
COMPROMETIDOS CON EL CAMBIO
“porque nada hay imposible para Dios.” Lucas 1:37
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